sábado, 7 de enero de 2017

Remedios caseros ante el "empacho" de juguetes

Después de las Navidades no solo nos lamentamos por los excesos cometidos con la comida y la bebida, sino que observamos con preocupación cómo nuestros peques padecen las consecuencias de auténticos "atracones" de juguetes. Se ven con demasiadas cosas recién regaladas y les cuesta "digerir" la nueva situación. Les resulta complicado no solo dar gracias por lo recibido -uno da las gracias por algo cuando valora el cariño, el esfuerzo y la atención puesta en el regalo por quien regala, algo que es muy difícil que se produzca cuando vienen tantos regalos de diferentes personas en tan breve espacio de tiempo-, sino también incorporar todo lo nuevo a su "antigua" rutina de juego y, por extensión, disfrutar, en definitiva, con sus nuevos artículos. No hay tiempo para sacarle todo el jugo al hecho del regalo debido a tamaña cantidad de obsequios cosechada en tan pocos días. 

Para amortiguar el hartazgo por empacho quizás os pueda ser de utilidad aplicar estas técnicas:

  • Guardar parte de los juguetes nuevos y algunos viejos. En concreto, esconder algunos juguetes "viejos" por los que los niños no sienten interés dado el "desembarco" de los nuevos y sacarlos pasado un tiempo genera curiosas situaciones; incluso pueden llegar a convertirse de repente en sus juguetes favoritos. Salvando las distancias es como cuando retomamos la lectura de un libro que se nos atragantó en cierto momento y que acaba resultando ser uno de nuestros favoritos.
  • Hacer rotar los juguetes que están a disposición ayuda a los niños, además, a ser conscientes de lo mucho que tienen... y a valorar.
  • Jugar al "sanatorio de juguetes". ¿Por qué tirar la muñeca a la que le falta una pierna o le falla el carrusel de sonidos? ¿Por qué deshacernos del puzle que no puede completarse por faltar piezas que se han extraviado? ¿Por qué mandar al reciclaje ese libro con las tapas medio rotas? Se les puede encontrar una solución. Montar con los peques un "sanatorio de juguetes, libros y demás" es una manera gráfica de hacerles conscientes de que hay que cuidar las cosas que se tienen y que incluso pese a la mella del uso o del tiempo pasado y a la tentación de desecharlos por la llegada de los nuevos, siguen teniendo su aquel y ejerciendo su función de ocasión para el entretenimiento y la diversión.
  • Juguete que entra, juguete que sale. El espacio en las casas es el que es. Puede resultar también constructivo acordar con los peques prestar o donar parte de esos juguetes guardados con los que no se juega casi nunca, pues tal vez otros puedan sacarle el provecho que ellos no han logrado, y así dejar sitio para lo nuevo recibido. 

(c)www.pixabay.com

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