martes, 30 de mayo de 2017

Mil y una escenas, mil y una historias



“Libros-hormigueo” o “libros-pululares” son dos traducciones, más o menos literales, para el término alemán “Wimmelbuch”, con el que se denomina a aquellos libros cuyas páginas rebosan de personas, animales y cosas, implicados en docenas de acciones que tienen lugar a la vez en un entorno común. Uno va yendo, pululando con la vista de una a otra escena, normalmente de la vida cotidiana, vecina de otras tantas que acontecen simultáneamente en un mismo marco, como puede ser un zoo, una granja, el centro de una ciudad o los alrededores de una estación de tren. Hay quien define esta actividad como hacer “pululectura” o como “pululeer” y, la verdad sea dicha, se aproxima bastante a cómo se procede cuando uno de estos libros cae en tus manos.

©María Ortiz

Aunque en algunos casos pueden encontrarse pequeños cuadros de texto, la mayoría de estos libros ilustrados multiescenas carecen de letra impresa. Dan por entendido que la misión del lector es “cazar”, definir y verbalizar las acciones que están desarrollándose, así como concretar las funciones y características de los elementos y/o personajes involucrados en ellas. 

Buena parte del nicho de mercado de este material está en el público infantil. Los libros ilustrados de este tipo suelen recomendarse a partir de los dos o tres años de edad. Dan mucho de sí, pues a cada ilustración se le saca siempre algo nuevo. Dan pie a que niños y adultos mantengan conversaciones inacabables y muy diferentes de una a otra vez, sobre lo que ahí aparece y ocurre. Los adultos, en función de lo que quieran ver reforzado en los peques, como pueda ser la ampliación del vocabulario, la práctica de ciertas estructuras sintácticas o la capacidad de inventiva o de interpretación, van poniendo el foco en este o aquel detalle de esta o aquella escena. Permite muchas posibilidades que, además, se van explorando de una manera lúdica y distendida. Hay algunos en formato bolsillo que son ideales para entretener a la chiquillería durante los viajes.



©María Ortiz


Sin embargo y, aunque muchos de estos títulos son para niños, hay publicaciones que no se circunscriben a este segmento de población. Un libro multiescenas muy conocido en todo el mundo es “¿Dónde está Wally?”, de Martin Handford, consumido por un público de más edad. Incluso el Bosco o Brueghel el Viejo bien podrían considerarse como pioneros de estas representaciones visuales.