Dudas, muchas surgen cuando se está educando a un hijo, a
una hija en un contexto cultural e idiomático distinto del propio. Hablando del
tema con una amiga el otro día, me dijo que en más de una ocasión se ha
planteado si a sus hijos les habla lo suficiente como para que adopten su
lengua materna, pues no ve avances y ellos prefieren hablar en alemán, incluso
con ella, que es hispanohablante. Le comenté de la existencia del libro "7
Steps to Raising a bilingual child", que tanto me ha ayudado y lo sigue haciendo
y que, precisamente por eso, tomo como referencia en los artículos que publico
sobre el complejo e interesantísimo universo del bilingüismo y multilingüismo
en edades tempranas.
Una de las conclusiones de este texto al respecto es que,
pese a no ser patentes los efectos de una educación bilingüe en una primera
fase, el cerebro no para de trabajar y llegará el momento en el que al crío, a
la cría no le supondrá dificultad alguna "desconectar" de un idioma
para "conectar" con el otro o con los otros, siempre y cuando,
insiste el manual, que no se ceje en el empeño y se sea persistente con la
puesta en práctica del plan de acción que sea que se haya marcado. La
constancia en la estrategia es la clave para llegar a buen puerto.
Steiner y Hayes señalan las siguientes maneras como muy
importantes para conseguir reforzar nuestro plan, de manera que nos podamos
quedar tranquilos con los esfuerzos que realizamos para que nuestros hijos/as
aprendan y usen nuestro idioma:
- Intenta no traducir, sino explicar lo que la palabra significa.
- Si tu hijo/a te responde en el otro idioma, ve llevándolo con naturalidad hasta tu terreno hasta hacer que la conversación se desarrolle en tu lengua materna.
- Nunca le fuerces. Ten en cuenta que hay niños/as poco habladores/as.
- No interrumpas a tu hijo/a cuando habla en tu lengua para corregirle errores. Lo más importante es que la conversación fluya. Si se ve continuamente interrumpido, puede cogerle miedo a usar tu idioma. Para que poco a poco vaya subsanando los errores, construye frases de manera correcta con las expresiones que más se le resisten y empléalas con más frecuencia en las charlas que mantienes con él/ella.
- Reemplaza con naturalidad la palabra “cosa” por lo que esa “cosa” es.
- Hazle sentir que estás orgulloso/a de que hable tu idioma.
Fuente: Naomi Steiner, M.D., with Susan L. Hayes, "7 Steps to Raising a bilingual child".
AMACOM. 2009.