Cambios, muchos, continuos
y profundos, se suceden durante el embarazo. Hay mujeres a las que les afectan más estos cambios, a otras les pasarán más desapercibidos, pero todas vivimos experiencias que hacen únicos estos meses: mayor sensibilidad para los olores, pelo más
fuerte y con más brillo, tendencia a la náusea, encías inflamadas, ardor de
estómago... vamos, que una se reconoce poco en la piel que habita estando embarazada.
Toca asumir que esto es cuestión de unos meses y que, tras el parto, iremos recuperando la normalidad poco a poco. Por tanto, durante y después, mucha calma y más paciencia.
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