jueves, 19 de febrero de 2015

Volando voy, volando vengo


Coger un avión no tiene por qué suponer un impedimento para la mujer embarazada. Salvo que una de normal lo pase mal en el avión, o que el embarazo sea catalogado como de riesgo, no tiene por qué pasar nada. Yo he viajado sin problemas durante el primer y segundo trimestre de ambos embarazos. Es aconsejable, eso sí, pedir asiento de pasillo, por eso de que una está continuamente yendo al baño a orinar.


Sí es cierto que, a partir de la semana 27, las compañías aéreas suelen pedir a las viajeras embarazadas que presenten un certificado médico. Cada compañía tiene unas normas al respecto, por lo que lo mejor es consultarlas antes de comprar el billete. Y comentárselo, por supuesto, también al médico/a o matrona que esté llevando el seguimiento del embarazo. Su opinión y valoración al respecto resulta fundamental.




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