Coger un avión no tiene por qué suponer un impedimento para la
mujer embarazada. Salvo que una de normal lo pase mal en el avión, o que el
embarazo sea catalogado como de riesgo, no tiene por qué pasar nada. Yo he
viajado sin problemas durante el primer y segundo trimestre de ambos embarazos.
Es aconsejable, eso sí, pedir asiento de pasillo, por eso de que una está
continuamente yendo al baño a orinar.
Sí es cierto que, a partir de la semana 27, las compañías
aéreas suelen pedir a las viajeras embarazadas que presenten un certificado
médico. Cada compañía tiene unas normas al respecto, por lo que lo mejor es
consultarlas antes de comprar el billete. Y comentárselo, por supuesto, también
al médico/a o matrona que esté llevando el seguimiento del embarazo. Su opinión y valoración al respecto resulta fundamental.
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