Como gustos, colores. Hay quienes no tienen mueble cambiador.
Otros colocan el colchoncito sobre el que se cambia a los bebés sobre la
lavadora, la cama… otros no tienen ni colchoncito.
Yo sí que tengo mueble cambiador. Lo compré en una conocida cadena de
muebles nórdica, es muy aparente, práctico y me salió muy bien de precio. En este mueblecito guardo los paquetes de pañales y de toallitas húmedas y secas, las bolsas de recambio del cubo de
los pañales –lo tengo justo al lado- y los cambiadores desechables, además de pijamas,
bodys, gasas, baberos, ropitas de estar a gusto en la casa y también lo siguiente:
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Crema anti-rojeces en la
zona del pañal.
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Aceite para el masajito de después
del baño.
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Tijeras para las uñas (de
punta redonda y acero inoxidable).
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Peinecito.
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Termómetro.
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Crema hidratante para la
cara (no perfumada).
Resulta muy útil tener a mano, tal y como apuntaba, el cubo
para echar los pañales usados. También, para tener las cosas accesibles, es de
gran utilidad colgar cerca –en la pared o pendiendo de la puerta más próxima- unos
bolsillos de almacenaje donde guardar los accesorios. Esto facilita su
localización y uso.
Sobre dónde ponerlo, esto también va por gustos. Hay quien tiene el mueble cambiador en la habitación del hijo, otros en el dormitorio de los padres, otros en el baño, otros en la sala de estar. Ahí es donde está el mío. Lo importante es que esté donde os resulte más práctico.
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