Es muy recomendable porque se puede usar desde que el niño es bien pequeñito, cuando aún no debe ser llevado en las
mochilas-cangurito.
A mí me ha ido muy bien con este fular. Es ideal para moverse ágilmente por la ciudad con el bebé. Superpráctico cuando necesitas tener las dos manos libres, si tienes que subir y bajar continuamente del transporte público, etc. Muy aconsejable, sobre todo, para madres y padres urbanitas que no están dispuestos a dejar de sentir el ritmo de la ciudad con la llegada del bebé. También puede echar una mano para calmar a niños inquietos: a mi hija la llevaba en el fular incluso estando en la casa.
Por cierto, en casa de una conocida vi que habían convertido el fular en hamaca para los niños, que ya estaban creciditos. Una idea la mar de creativa.
Hay fulares de varias longitudes o tallas. Os recomiendo que os hagáis con uno que sirva para el talle de cada uno de la pareja. En el mercado existen varias marcas. Es cuestión de que os asesoréis en puntos especializados y que busquéis el que más se ajuste a vuestras exigencias.
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